La Casa de Quevedo de Torre de Juan Abad presenta, en colaboración con la galería Fúcares de Madrid y Almagro, la exposición José María el de la Amalia, en donde podrán verse los últimos trabajos del escultor José María Guijarro (Torre de Juan Abad, 1953), trabajos orientados a materializar el dolor; ese dolor del que uno no puede liberarse. A veces las cosas que te atormentan, se olvidan y ya está. Si no las puedes olvidar, entonces haces una escultura -decía la escultora francesa Louise Bourgeois, y te aligeras. Podría decirse que algunas de las obras que se presentan son un comentario a los sonetos de Quevedo sobre la fugacidad de la vida, la presencia de la muerte, la huida irreparable del tiempo. Pero también el espectador hallará un rincón para la culpa y su pesar irrevocable; y en otro una aproximación, quizás poética, a la maternidad. El escultor dice que ha querido evitar todo patetismo.
Los materiales que se utilizan aquí son muy diversos, papel, madera, hierro, tela, e incluso partes de esculturas anteriores que se reciclan. Se reciclan bajo la sospecha de que todo el arte contemporáneo es efímero, como la vida. Eso dice el escultor.
La inauguración será el sábado, 7 de diciembre, a las 11 horas. Le pondrá música Juan Velázquez (Torre de Juan Abad, 1989) que interpretará a la guitarra una ‘lectura’ posible de la exposición.
La exposición se podrá visitar de 11 a 14, y de 17 a 19 de lunes a sábado, y los domingos de 11 a 14, hasta el 10 de enero.